Hace más de 30.000 años a.C., los hombres que vivían en las cavernas
satisfacían día a día sus necesidades primarias; la principal necesidad era
cazar para alimentarse y abrigarse.
Esta no era la única actividad que
realizaban, ya que éstos no se privaron de dejar sus huellas en los muros o
paredes de las cavernas. Con estas pinturas, los hombres expresaban o
comunicaban sus ideas, emociones, discursos sociopolíticos…, a través de
caricaturas o grabados en paredes. Esta era la forma más común de plasmar en
las paredes lo que no podían expresar con palabras.
Os preguntaréis, ¿qué utensilios utilizaban
para realizar esos dibujos?
Como no había muchos objetos a su
disposición (como podemos encontrarnos en la actualidad), ellos mismos
construían sus pinceles hechos de musgo y pelo de animales que cazaban, untados
con colorantes como eran el ocre y la carbonilla.
Por lo tanto, la pregunta que nosotras
nos hacemos es la siguiente: ¿podemos considerar estas pinturas rupestres como
arte urbano?
Nosotras pensamos que puede ser cierta
la pregunta anterior, porque los hombres de las cavernas con sus pinturas
rupestres expresan ideas o emociones; cosa que se da actualmente en el arte
urbano. Hoy día, muchos de los autores que hemos indagado a través de sus
pinturas artísticas recrean sus ideas o pensamientos acerca de la sociedad que
le rodea; por lo que ambos conceptos serian similares.
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